El Marco Histórico


«… tras el Guadarrama que servía ya de frontera al enemigo, descollando cual robusto baluarte del vacilante reino de Toledo.»

La Torre fortificada


El Bosque de Viñuelas está enclavado en el extenso territorio que forman los valles del alto manzanares al sur de la sierra de Guadarrama.

En el centro de se encontraba la torre fortificada que formaba parte de la cadena de fortalezas establecidas con fines defensivos en torno a la comarca del Mageril moro, éstas constituían el sistema de seguridad que los árabes poseían en la marca:

«… tras el Guadarrama que servía ya de frontera al enemigo, descollando cual robusto baluarte del vacilante reino de Toledo.»


Según describe el historiador José María cuadrado. En él se desarrollo alguna de las interminables luchas que entonces tenían lugar entre infieles y cristianos. Era el período álgido en que Ramiro II, rey de león (931-951) en sus correrías contra los sarracenos conseguía llegar hasta el centro de los dominios del califa: era cuando Fernando I el Magno (1010-1065) corría victorioso desde la sierra de Guadarrama al Tajo, arrollando todo lo que se le ponía por delante: o cuando su hijo Alfonso VI el Bravo ( 1040-1109) consiguió añadir a la Corona los dilatados territorios de Magerit y Toledo.



Los Nuevos Tiempos


Don José Campos


Fue un personaje un tanto rocambolesco y uno de los propietarios más carismáticos que ha tenido Viñuelas. Nació el 22 de mayo de 1817, en Valencia, a donde se habían trasladado sus padres desde un pueblo turolense para establecer un pequeño comercio. El joven José ayudaba a su padre a llevar la contabilidad comercial. Posteriormente alcanzo un puesto en el Ayuntamiento de valencia. Su actividad y dinamismo se hicieron sentir y fue nombrado alcalde a la edad de veintiocho años.

A partir 1846 que funda la Sociedad Valenciana de Fomento para facilitar la realización de las reformas ciudadanas y dar impulso a sus negocios propios, su proyección empresarial fue imparable, construyendo una fábrica de gas para introducir el alumbrado público y privado, acometió el adoquinado de las calles, dotó a la ciudad de suministro de agua potable, emprendió las obras del puerto del Grao y muchas más actuaciones que le llevaron a ser senador por la ciudad de Valencia.

Era la época del desarrollo del ferrocarril en España y decidió iniciarse en la gran aventura ferroviaria. En 1854 consigue la concesión de la línea Gra de Valencia a san Felipe de Játiva, lo que le llevó a construir y explotar las líneas férreas del levante español., lo que le permitió llegar a tener una extensa red de quinientos veinte kilómetros.

Traslada su residencia aun lujoso palacio situado en el Paseo de Recoletos de Madrid, cerca del que poseía el acaudalado marqués de Salamanca.

Crea la «Sociedad General Española de Crédito», lo que le facilitó sus actividades empresariales y las contratas que mantenía con el Estado y una flota compuesta por veinticuatro buques que enlazaban directamente la península con los puertos más importantes de América Central y del archipiélago filipino.

Fue entonces cuando adquirió la hermosa posesión de Viñuelas, a la que dedicó una especial atención. Pronto acometió las obras necesarias para reparar el estado de abandono en el que se encontraba. El castillo se vio lleno de obreros y artesanos. Los cuatro torreones fueron reconstruidos y rematados con almenas. El interior fue igualmente restaurado y espléndidamente decorado con lujosos muebles.

El lujo y el boato con que reconstruyó el castillo lo convirtieron en majestuosa mansión de potentado. Una espectacular atracción, que su propietario, hombre de mundo y conocedor de las flaquezas humanas, supo aprovechar para granjearse la voluntad de destacados personajes, a los que agasajaba con fastuosas cacerías de las que se hacía eco en la prensa.



Las Antiguas Cacerías


«Por cuanto la dehesa de Viñuelas está contigua a los límites de mi Real Bosque del Pardo he resuelto que se guarde la dicha dehesa y su término en las formas que mi bosque del Pardo y así por la presente es mi voluntad que para que esto tenga efecto, el dicho marqués de Malagón pueda nombrar y nombre uno o dos guardas o los que le pareciese necesario que guarden la dicha dehesa y su término en la forma y según con las circunstancias que se guarden mis dichos bosques del Pardo»

Bosques y Cazaderos


El Ejercicio de la caza constituyó en la Edad Media el esparcimiento favorito de reyes, príncipes y nobles. Leyes de singular dureza prohibían su práctica a villanos y plebeyos.

Es a partir de finales del siglo XVIII cuando su práctica, se fue haciendo extensiva al resto de la sociedad.

El antiguo bosque de Viñuelas ya era conocido en la Edad media como uno de los más importantes cazaderos.

De frondosidad comparable a la del Pardo, Viñuelas ha proporcionado durante siglos el recreo y solaz de cazadores, que han encontrado en sus bosques satisfacción de practicar la montería.

La actividad cinegética de estos bosques fue regularizada en la Edad Media, especialmente a partir de que enrique III mandase construir en 1405, un pabellón de caza antecedente del actual palacio del pardo.

Para el Rey Felipe IV la práctica de la caza constituía uno de los mejores entretenimientos. Tenía establecidos periodos fijos para organizar grandes cacerías, a las que le solían acompañar los próceres de la nobleza.

Las cacerías que se organizaban para este rey solían extenderse hasta el monte de Viñuelas, por el que sentía una gran atracción, de tal forma que dispuso el 28 de diciembre de 1642, que el monte y dehesa de Viñuelas se guardase como el monte del Pardo.

«Coche de hasta ocho plazas, con tiro "en pares y tercias", esperando a las puertas de Viñuelas.»

«El Duque del Infantado conversando con el rey Alfonso XIII durante una de las cacerías en Viñuelas»